Comunidad conmemora un año del colapso del puente de Michichoa


El 30 de junio del año pasado, la comunidad de Santa Bárbara de Pinto se vio sacudida por una tragedia que aún deja huellas profundas. El derrumbamiento del puente Michichoa, vital conexión entre el municipio de Santa Ana Magdalena y el corregimiento de Barroblanco, cobró la vida de un habitante local y desató una crisis que afecta a más de 13 mil personas.

Tras el desastre, la entonces gobernación prometió la reconstrucción del puente durante una feria local, avivando las esperanzas de los residentes. Sin embargo, a casi un año del trágico suceso, esas promesas no se han materializado. Ahora, la comunidad espera el cumplimiento de la palabra del actual presidente, Gustavo Petro, quien también se comprometió a abordar esta urgente necesidad.

El alcalde de Santa Bárbara de Pinto, Enyer Alfonso Garizao Osorio, ha estado al frente de esta situación, incluso después de sufrir un atentado el 5 de marzo de este año. En medio de su recuperación, Garizao, destaca la difícil situación de los habitantes: comerciantes cuyas economías están al borde del colapso debido a los altos costos de transporte, y residentes que, en emergencias de salud, dependen de un planchón para cruzar el río.

La inacción de la actual administración ha sido notoria. A pesar de la intención del alcalde de Santa Ana, Aníbal López López, de colaborar y aliviar esta problemática, hasta la fecha no se han tomado medidas concretas. La falta de respuestas ha intensificado el malestar y la desesperanza entre los habitantes de Pinto y sus alrededores.

La comunidad espera que, una vez recuperado de su reciente intoxicación, el presidente Gustavo Petro visite la región y cumpla su promesa. La urgencia de la situación demanda acciones inmediatas y no solo palabras. Los residentes de Pinto claman por soluciones que les devuelvan la seguridad y la normalidad que tanto necesitan.


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